sábado, 3 de octubre de 2009

Redacción: Los celos de Juana

Y llegó el día en que Juana y Felipe de Austria se unían en matrimonio, Juana y Felipe se veían muy tranquilos pero felices. A pesar de la temprana edad en que Juana se casó, los primeros días de matrimonio de la pareja fueron muy románticos y apasionados, sentían una atracción mutua y estaban enamorados.
Al cabo de unas semanas, Juana notó que Felipe se estaba distanciando de ella. Ya no mantenían relaciones sexuales ni se demostraban su cariño.
A causa de esto, Juana empezó a tener celos por qué cree que su marido tiene una amante. Se siente preocupada y por eso comienza a vigilar a Felipe cuando no está con ella.
Una fría noche de febrero, Felipe y Juana estaban dormidos, cuando Felipe se despertó y salió al jardín a encontrarse con Lucía, una joven y guapa dama de la corte. Se encontraron en el jardín, justo delante del rosal favorito de Juana. Doña Juana tuvo una pesadilla y se despertó y al ver que su marido no estaba a su lado lo buscó por todo palacio, hasta que llegó al salón principal, miró por la ventana y vio a Felipe y a Lucía besarse. Cuando Felipe entró en la habitación, Juana lo estaba esperando despierta y discutieron. Juana le prohibió acercarse a cualquier chica que no sea ella.
Felipe, durante un tiempo, se mostró cariñoso y servicial con Juana, pero ella sabía que no se podía fiar de su marido, por eso pidió a una de sus criadas de confianza que espíe a Felipe. La chica, llamada Marta, era muy buena con Juana le quería mucho ya que ella trabajaba en palacio desde hace muchos años. Un día mientras Marta daba de comer a los perros en el jardín, vio que Felipe salía misteriosamente por la puerta de atrás del castillo, parecía nervioso y ansioso por algo pero Marta pudo ver una media sonrisa dibujada en sus labios, una sonrisa de excitación. Marta, al ver esto, tiró el plato de comida al suelo y persiguió a Felipe. Éste, se dirigía a una cabaña que había en el bosque, y justo en la entrada, le esperaba una chica hermosa; de pelo rojo como el fuego y ojos azules como el cielo, piel blanca como el marfil, perfecta y suave. Sin duda era Luisa, la mejor amiga de Juana, una dama de la corte, y la más bella de todas. Marta no quiso ver más y salió corriendo a avisar a doña Juana. Pobre Juana, al enterarse, no podía parar de llorar y muerta de los celos juraba una y otra vez que Luisa se arrepentiría.
Al día siguiente, doña Juana mandó a llamar a Luisa y al ver a su falsa amiga, se inundó de celos y pegó a Luisa. En realidad, Luisa estaba enamorada de Felipe y al ver que Juana le pegaba, sintió tantas ganas de vengarse que hizo correr el rumor de que Juana estaba loca y había intentado matarle.
Felipe al enterarse, discute con Juana y le dice que ya no le quiere y que no volverá a mantener relaciones con ella. Juana después de esto, cae en una depresión profunda ya que ella hizo todo esto porque estaba realmente enamorada de Felipe.

1 comentario:

  1. Me encanta la historia, pero tienes pequeños errores de coherencia, ya que mezclas pasado y presente.
    El ritmo es desigual: detallas algunos fragmentos mucho y otros los generalizas demasiado.

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